LA INTEGRACIÓN DE LOS GABINETES EN EL MODELO POLÍTICO MORENISTA

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23 de Julio 2018
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LA INTEGRACIÓN DE LOS GABINETES EN EL MODELO POLÍTICO MORENISTA
Eduardo Grajales

El entarimado de promesas que llevaron a Andrés Manuel y a todos los funcionarios electos de Morena al triunfo los pone en una situación complicada pero que a su vez les representa la oportunidad de garantizar la continuidad de ese partido en el poder y no repetir la historia de aquel cambio efímero, que representó Fox en la supuesta “transición” del año dos mil.

En ese sentido, los gobiernos electos de la coalición Juntos Haremos Historia tienen la gran responsabilidad de establecer primeramente planes de gobierno acordes a las realidades actuales de sus territorios, que ataquen las necesidades más sentidas de sus gobernados bajo los estándares de honestidad, trasparencia y ciudadanía, y aún más la de seleccionar a los personajes adecuados para ejecutarlos.

Los nuevos funcionarios no solo deberán tener la capacidad intelectual, sino también inteligencia social y calidad moral capaz de darle certeza y credibilidad a sus acciones. Fue precisamente la ausencia de esto lo que significó el descalabro de los gobiernos federales priistas y panistas, que tuvieron capital humano de gran expertise pero faltos de calidad moral, que los llevo a cometer tantos actos de corrupción que terminaron por desprestigiarlos hasta perder la presidencia de la República.

En ese contexto y a juzgar por las acciones del presidente electo, que ha empeñado su palabra contra la corrupción y ha extendido el llamado a sus correligionarios, los gobiernos morenistas deberán ser los primeros en demostrar tal compromiso, de ahí que el proceso de selección de sus gabinetes y la conformación de sus planes de gobierno sea minucioso y atendiendo los parámetros antes citados.

El reparto de carteras gubernamentales entonces no se tratará de pagar cuotas electorales, que sin duda habrá que considerar y reconocer el esfuerzo de quien participó en las mismas, sino de diferenciar entre esto último con la gran tarea de gobernar, sobre todo estados complejo como los del sur, con una multiplicidad de problemas que conoce muy bien el presidente electo y la Federación. 

Ante tal envergadura, los nuevos gobiernos están llamados a convocar a los mejores hombres y mujeres que le den certeza, certidumbre a la gobernabilidad y en Chiapas esto no será la excepción.

Se requiere entonces desde ahora de las mejores mentes, de los mejores deseos de colaboración sincera y fundada en las preocupaciones comunes y no en el interés personal.

Esa gente es la que habrá que buscar y ese es precisamente el reto, tan simple y tan complejo como encontrar y sumar a los mejores hombres y las mejores mujeres para las mejores tareas que demandan los nuevos tiempos que vivimos en Chiapas y México.