EDIFICAR CONFIANZA UN RETO COLECTIVO E INDIVIDUAL

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11 de Abril 2018
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EDIFICAR CONFIANZA; UN RETO COLECTIVO E INDIVIDUAL 
Eduardo Grajales            

Un factor que está en juego en el próximo proceso electoral es la confianza, valor que se ha convertido en elemento fundamental para todo aquel que busca el éxito.

Los valores son únicos, indivisibles y complejos, y representan la base de todo tipo de conquistas (dinero, fama, poder, etcétera) y, por tanto, involucran gran cantidad de tiempo y esfuerzo en construirlos. Además, son tan frágiles que cualquier detalle puede lesionarlos.

En ese sentido, en los próximos comicios no está en discusión la capacidad económica de los candidatos, tampoco su estructura, fama, ni siquiera su capacidad intelectual, sino el grado de confianza que inspiran. En un momento de crisis social ésta representa oro molido, quien lo tenga y fomente sin duda será el ganador.

Quizá por ello se explica el amplio posicionamiento de López Obrador, quien podría ser la figura más cercana a este presupuesto señalado. Sin duda ha cometido errores, pero algo que lo avala es que su trayectoria casi intachable y sin rasgos de corrupción. Cualquier error cometido que recordemos no ha mellado la confianza que hasta el momento la gente ha depositado en él. 

A juzgar por la trayectoria y la percepción social, podría ser Meade el que le siga, pero a éste el grupo política que lo respalda le resta, es la pesa en el pie que le impide arraigarse en la sociedad. De Anaya ni hablar, la traición ha sido una constante en su actuar, desde su arribo a la presidencia del PAN hasta la obtención de su candidatura ha dejado claro que no es un hombre de fiar.

Infortunadamente como puede apreciarse, en el entorno político la confianza es como un trébol de cuatro hojas y son pocos los que logran inspirarla. En el pasado eran muchos y prominentes los que gozaban de ella: Javier Barrios, Lázaro Cárdenas, Heberto Castillo, Emanuel Clouthier, etc. Fueron hombres que con su congruencia entre pensamiento y actuar lograron ganarse la confianza de la gente. 

Hoy el escenario se percibe desolador, para suplir tales ausencias llegaron los Beltrones, los Peña, Velasco, Sabines y tantos más que con imágenes construidas por la mercadotecnia política encontraron efímeramente el bien preciado de la confianza, pero sus promesas incumplidas terminaron por destruirla.

Es evidente pues que en este horizonte de los perfiles e ideologías partidistas no se ubica al menos un personaje que reúna a plenitud dicha cualidad. 

La realidad nos muestra que la confianza social ha sido engullida por la ambición, el egoísmo, la envidia y la avaricia por lo que edificarla es el tema en cuestión, y no solo de los candidatos sino de toda la sociedad, lo que significa una reflexión obligada desde su núcleo en el seno familiar hasta las altas esferas de poder político.

Desafortunadamente para los primeros el tiempo es el peor enemigo, pues la confianza no emerge de la noche a la mañana, se gana, y se gana con la palabra empeñada y con hechos que la avalen.

Pero para fortuna de la sociedad significa una oportunidad que le obligue a observar su actuar, a tomar decisiones pensando en los otros y a repensar los fines y los medios para conseguir sus objetivos.

Edificar confianza es el reto más importante de los nuevos gobiernos que deberán atender a través de acciones gubernamentales que fomenten la transparencia, la fiscalización y la rendición de cuentas que fomenten a una sociedad de valores y no de conquistas.

dialectica902@hotmail.com