EL DERECHO A DISENTIR SIGNO DE LOS NUEVOS TIEMPOS

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19 de Diciembre 2018
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EL DERECHO A DISENTIR, SIGNO DE LOS NUEVOS TIEMPOS
Eduardo Grajales

En nada debe sorprendernos las altas o bajas en la administración pública estatal o federal. Vivimos momento de cambio donde la capacidad de crítica, el derecho a libre expresión y de oportunidad a nuevos talentos es un valor fundamental en nuestra incipiente democracia.

En otros tiempos, la salida de algún personaje de la cúpula gubernamental revelaba malestar e inconsistencias en los pasillos del poder, y representaba la condena al ostracismo a todo aquel que se atrevía a contravenir al gobernante en turno.

En los rituales priistas de corte autoritario nadie podía diferir a los designios del poder. Aquel que se atrevía enfrentaba un reto suicida.

Sin embargo, a partir de la llegada de López Obrador a la presidencia, se han modificado muchos rituales y reglas no escritas del poder, y se ha dado paso a una libertad pocas veces vista en los actores políticos y sociales.  

Esto se puede constatar, por ejemplo, con el rechazo de Tatiana Clouthier a asumir una posición importante en el gabinete presidencial por no compartir visiones con su titular; o el caso de la propia esposa del mandatario quien dijo no a asumir la tradicional posición de primera dama, y continuar con su vocación de escritora y poeta desde otra posición gubernamental.

Ya no se diga de la apertura que ha tenido la prensa a criticar y a hacer señalamientos a la figura presidencial y de ésta misma a reconocer y reivindicar los errores cometidos, como se ha visto recientemente en la conducta de Obrador.

Todo ello no son falencias del modelo político sino los signos de un nuevo régimen que ejerce su poder de manera distinta al que los mexicanos estábamos acostumbrados, y que representan además un paso importante para apuntalar una democracia que por muchos años se ejerció con sigilo y, sobre todo si y solo si se contaba con la anuencia del gran tlatoani.  

Es por ello que en esta lógica debe de dársele el beneficio de la duda al arribo de los nuevos perfiles y, sobre todo, su justa dimensión a la baja de aquellos personajes cercanos al poder, y no dejarse llevar por un sensacionalismo mediático que únicamente abona a la desinformación y representan un alimento nocivo para la sociedad, producto de aquellos corifeos que gustan vivir a costa del escándalo y el amarillismo.

Tanto en uno como en otro caso, siempre será plausible la capacidad de determinación que tengan aquellos funcionarios gubernamentales que decidan permanecer en las líneas de acción de los nuevos gobiernos, pero también de aquellos que desde su cosmovisión y sentir ético y profesional decidan arriar las banderas.

Lo que no podrá permitirse es el retorno a aquellos gobiernos de vendetta, intolerantes a la posibilidad de crítica y a ver como enemigos soterrados a todo aquel que cabalga con un pensamiento diferente. Esos tiempos ya los vivimos en México y en Chiapas con resultados catastróficos.

Hoy la diversidad de pensamiento y la inclusión a los mismos representa un bastión importante para mejorar el camino. Al final la historia, como decía Fidel, es la que condena o absuelve.
dialectica902@hotmai.com