¿ACABÓ LA LUNA DE MIEL ENTRE LA CNTE Y LA 4T?

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21 de Marzo 2019
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¿ACABÓ LA LUNA DE MIEL ENTRE LA CNTE Y LA 4T?
Eduardo Grajales

Comenzó la pesadilla para el Gobierno Federal y de algunas entidades.

La CNTE con sus miles de agremiados y 40 diputados federales que los representan en el Cámara de Diputados, rompió el dialogo con el presidente, no precisamente por la demanda de una educación de calidad y/o excelencia, sino por el reparto de las plazas magisteriales que es el verdadero botín de la contienda.

Con ello inicia un reto mayor en la política interna del país que pondrán a prueba las capacidades de un gabinete que hasta ahora no ha demostrado pericia para salir airoso de conflictos mayores ante rivales mayores como la CNTE, que tiene en su récord varios gobiernos desestabilizados y está acostumbrado a la resistencia vandálica a costa de lo que sea, como lo demostró en Michoacán.

Este conflicto anunciado pone también sobre la mesa la urgente necesidad de replantear el papel de los sindicatos y sus liderazgos, y el papel que juega el Estado en rubros estratégicos como la educación y que hasta ahora se encuentra penosamente empantanada precisamente por los arreglos políticos que se han concedido ante situaciones como esta en momentos anteriores.

Aunque ha circulado que la rebatinga es pura faramalla, con el argumento que el nuevo esquema educativo ya fue aprobado a cuenta de un reparto de plazas 50% para el sindicato y 50% para el gobierno, era de esperarse que este conflicto tendría que reventar tarde o temprano.

La CNTE acostumbrada a ganar todo no permitirá una reforma cosmética que afecte el poder que ha obtenido durante años de tener secuestrada la escuela pública, y de poner sobre las cuerdas a diferentes gobiernos que han visto en ellos un nicho de votos para inclinar las contiendas electorales en su favor, con lamentables consecuencias para la sociedad.

Y es que la reforma educativa del sexenio pasado, a pesar de haber sido tan imprudentemente aterrizada planteó por vez primera los mecanismos necesarios para ordenar el sector magisterial pero que no llegaron a buen puerto a medida del boicot orquestado por la Coordinadora en los últimos años del gobierno de Enrique Peña Nieto.

Aun con sus inconsistencias, el ahora ex nuevo modelo educativo establecía un mecanismo de ingreso, promoción, estímulo y salida de los maestros al sistema educativo mexicano, además de criterios necesarios para evaluar su desempeño, pero también de las escuelas, directivos, personal administrativo y de los estudiantes -e incluso hasta de los padres y madres de familia- lo que significaba un paso trascendental en materia educativa.

Por otro lado, el supuesto mote que se le impuso de punitiva resulta que a la distancia no ha sido tal. Recientemente expertos educativos hicieron una investigación para cuantificar los despidos o renuncias de los maestros a partir de la entrada de la Reforma y encontraron que el porcentaje fue menos que mínimo, lo que revela que más que una realidad la punibilidad fue un lema efectivo de batalla.

Por tanto, la abrogación de todo el esquema que esperaba la CNTE del modelo educativo anterior no tenía razón de ser y el nuevo gobierno lo sabía, pues fue confeccionada bajo los estándares de una educación globalizada que no neoliberal que ha rendido fruto en varios países del orbe e incluso latinoamericanos como Chile y Brasil.

Si bien es cierto que es necesario desvincular la evaluación de la permanencia del docente y afinar algunos detalles de procedimiento del Servicio Profesional Docente, la propuesta educativa anterior representaba un buen ensayo para mejorar la educación y es de lo poco respetable que tuvo el terrible gobierno peñanietista.

Es por ello que en la Cuarta Transformación los ajustes educativos son menores y su propuesta actualmente en la Comisión de Educación, no descubre el hilo negro pues continúa estableciendo los mismos esquemas ingreso, profesionalización y evaluación magisterial, aunque con otros nombres populares y de tinte democrático y sin la importante presencia del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, al que se sacrifica absurda y peligrosamente para efectos de medición de los índices educativos como una adelantada concesión por los servicios de la CNTE, lo cual resultó insuficiente para calmar a este gremio.

En estas condiciones el presidente requerirá más que del apoyo de sus funcionarios el de algunos liderazgos magisteriales que, aunque criticados por su historia, son los contrapesos necesarios y capaces de hacerle frente a la CNTE, y mantenerla por lo menos a raya para evitar un conflicto de magnitudes mayores que opaquen las posibilidades de trascendencia del gobierno morenista.

Lamentablemente, las consecuencias de este panorama las resentirán los mismos de siempre: los millones de niños y niñas mexicanas que tendrán que padecer otra vez como cada año, el incumplimiento del calendario escolar que en términos de calidad es quizá el principal elemento para que esta condición se cumpla.

dialectica902@hotmail.com