A PROPÓSITO DE LA ELECCIÓN EN EL SINDICATO PETROLERO…

Igual que lo vivido el año pasado en la planta de General Motors, en Silao, Guanajuato, la elección del dirigente del Sindicato Petrolero es un avance en el camino hacia la democracia sindical; sin embargo, hay que decirlo con todas sus letras: el SNTE no es lo mismo y se cuece aparte.

Este proceso en el que salió ungido Ricardo Aldana demuestra nuevamente que se puede aspirar a una verdadera democracia sindical, pero aún queda mucho camino por recorrer.

Deja muchos aprendizajes, SÍ, principalmente para las autoridades de la Secretaría del Trabajo, cuyos titulares deben comprender que se hace cada vez más necesaria la presencia de jueces imparciales que garanticen procesos electorales sindicales creíbles y lejos de las dudas y el sospechosismo.
La pasarela en la conferencia mañanera fue un aspecto plausible, pero aún se requieren definir reglas bien claras que garanticen piso parejo para todos los que aspiran a competir en una elección sindical. Que no se eche mano de las cuotas sindicales, por ejemplo.

Tiene que haber certeza democrática en los procesos sindicales, tal y como ha expresado el presidente de México y para ello aún faltan reglas claras.
No es lo mismo 80 mil trabajadores del Sindicato Petrolero que 2 millones de afiliados al Sindicato Magisterial.

En el magisterio aún tenemos mucho trabajo por hacer si queremos construir un sindicalismo moderno, democrático y transparente.
No brinda claridad y certidumbre que un personaje ligado a la cúpula del Sindicato de Pemex resulte ganador, pero en el caso del SNTE, aún estamos a tiempo de construir un proceso sindical que esté a la altura y que rinda tributo a las décadas de lucha del Sindicato Magisterial.